Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella
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HISTORIA

EL teatro colón se integra al Centro Nacional de las Artes

El escenario cultural más emblemático de Colombia se integra al Centro Nacional de las Artes y sus tres nuevas salas. Fue construido entre 1885 y 1895 por el arquitecto italiano Pietro Cantini y, desde ese momento, ha sido referente tanto por su arquitectura neoclásica como por el estilo que lo caracteriza. En 1975 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación 

En el 2022, el Teatro Colón cumplió 130 años de historia y sigue consolidándose como el principal centro de producción de las artes representativas y musicales del país. Asimismo, se instituye como la casa de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. 

DEL COLISEO RAMÍREZ AL TEATRO COLÓN (1885 - 1895) ​

El Teatro Colón fue construido entre 1885 y 1895 por el arquitecto italiano Pietro Cantini. Para su construcción fue necesario fundar una escuela de oficios que formó a 162 obreros en los procesos necesarios de construcción y decoración. Entre sus maestros estuvo el ornamentador suizo Luigi Ramelli, el escultor italiano Cesare Sighinolfi y a los pintores Filipo Mastellari y Giovanni Menarini.

Antes de la edificación del Colón, hubo en el mismo emplazamiento dos teatros de variedades. El primero fue el Coliseo Ramírez, construido a finales del siglo XVIII, y el segundo fue el Teatro Maldonado, una remodelación del antiguo Coliseo hecha a inicios del siglo XIX. En 1885, el presidente Rafael Núñez expropió el Teatro Maldonado para emprender la construcción de un nuevo teatro nacional de estilo italiano. Se lo llamó Teatro de Cristóbal Colón por ser el escenario de las celebraciones del IV Centenario del Descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1892.

TEATRO A LA ITALIANA​

Durante el siglo XVII se empezaron a construir en Italia teatros cerrados en forma de herradura. Esta estructura permitía que el público de los palcos se adentrara en el escenario al tiempo que se podía mostrar en sociedad. Las óperas se convirtieron en vitrinas sociales que permitieron alianzas familiares y políticas, de suma importancia para la aristocracia del momento. Este tipo de teatro se llamó a la italiana por su origen y por ser el escenario de las óperas italianas tan en boga en Europa y después en América.

A finales del siglo XIX, cuando se construyó el Colón, un teatro de este estilo era necesario para cualquier ciudad en crecimiento. En la misma época se edificaron los teatros Solís en Montevideo, Santa Ana en Ciudad de México, Municipal en Santiago de Chile y Colón en Buenos Aires. Bogotá no se quedó atrás.

SALA PRINCIPAL

La sala principal del Teatro Colón tiene una capacidad total de 773 sillas divididas en cuatro niveles: platea, palcos de primer, segundo y tercer nivel y galería. La sala se destaca por su estilo neoclásico y son distintivos el fresco de las musas en el plafón, la lámpara Ramelli y el telón de boca, lienzo pintado por Annibale Gatti en 1890. Ofrece al público toda la belleza de su estilo arquitectónico y una acústica ideal para disfrutar de los mejores espectáculos de las artes escénicas y de la música.

EL FOYER

El salón Foyer está ubicado en el segundo nivel del Teatro Colón. En esta sala, se destaca la ornamentación arquitectónica de las pilastras, puertas y ventanas y las pinturas al fresco del plafón. En ella se llevan a cabo conciertos de música con pequeñas orquestas, grupos de cámara y recitales y es el espacio social por excelencia del Teatro, donde se pueden ofrecer copa de vino, coctel o cena. Cuenta con un piano de cola Steinway & Sons.

Una vez definida la forma del teatro de ópera italiano se hizo necesario un espacio en el que los visitantes pudieran reunirse antes y después de las presentaciones. Esta función la cumplió el foyer, conocido en español como vestíbulo. En ambos casos, el origen de la palabra es “hogar donde se conserva el fuego” en relación a las ceremonias griegas en honor a la diosa Vesta, diosa de la fidelidad.

Sala-Espejos

Sala Mallarino

Esta sala de espejos, ubicada en el quinto piso del Teatro Colón, tiene una especial significación para el surgimiento del teatro moderno en Colombia y actualmente hace parte de los espacios alternativos que ofrece el Teatro Colón para ensayos de danza y música y para la realización de eventos de tipo corporativo, académico, social, cultural y comercial. Cuenta con un piano cuarto de cola Steinway & Sons.

EL TELÓN DE BOCA​

El telón de boca, que cubre el arco de proscenio y mide 11,35 por 8,75 metros, fue realizado por el pintor italiano Annibale Gatti. A diferencia de Cantini y los maestros de pintura y yesería, Gatti nunca vino a Colombia. El pintor realizó el telón en Italia bajo encargo directo del presidente Rafael Núñez y fue transportado desde Europa en 1891. El telón cuenta con treinta y seis personajes de diferentes óperas, tales como Hamlet, Rigoletto y Fausto, además de aldeanos y una fanfarria tradicional de las fiestas populares en el fondo de la escena.

1948 - LA LÁMPARA DE RAMELLI /LAS MUSAS DEL PLAFÓN​

La lámpara del plafón principal fue diseñada por Luigi Ramelli e instalada para el día de la inauguración del Teatro. Cincuenta y seis años después, con motivo de la IX Conferencia Panamericana, que inicialmente se realizaría en el Colón, la lámpara de Ramelli fue reemplazada por una de cristal traída de Checoslovaquia. A finales del siglo XX, su peso y tamaño excesivos estaban causando daños en el plafón y reducían la visibilidad desde la galería. Por esta razón se decidió recuperar e instalar la lámpara Ramelli.

Un dato curioso: esta lámpara fue desde un inicio eléctrica. Para este fin, y puesto que no había redes de abastecimiento en la Bogotá de entonces, se ubicó en el sótano del teatro una planta a vapor que consumía hasta tres cargas de carbón por función. En 1894, por solicitud del presidente, esta planta dotó de luz eléctrica al Palacio Presidencial que se encontraba del otro lado de la calle 10.

El plafón del teatro, elaborado por Filipo Mastellari y Giovanni Menarini, representa a seis de las nueve musas griegas. Las tres restantes no fueron representadas para darle simetría a la pintura, que es una de las características del teatro de estilo neoclásico. Terminando el plafón y bajando al arco de proscenio, se diseñó un Escudo Nacional coronado por un cóndor de alas batientes.

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